Las juntas directivas son la columna vertebral de la mayoría de las empresas, tanto en Colombia, como en cualquier país del mundo. Sin embargo, no todos los miembros de éstas saben cómo deben trabajar para obtener los mejores resultados en cuanto a estrategias, procesos y políticas, para que sus empresas sean más competitivas.
Dos expertos en gobierno corporativo, la canadiense Beverly Behan y el estadounidense David Nadler, coinciden en que el principal punto a tener en cuenta para que una junta sea exitosa, es contar con integrantes de diversas profesiones, con experiencia en áreas específicas, que aporten a la creación de estrategia.
Según Behan, tener una junta de muchos miembros es difícil de manejar, por lo cual es mejor contar con personas “que desean tener una contribución al éxito de las compañías”.
Destacó que “una junta es exitosa porque siempre está buscando la manera de ser mejor”.
Explicó además que hay ocho aspectos que impactan la competitividad de una junta: sus integrantes; cómo se aprovecha el tiempo de las reuniones; si los miembros tienen información oportuna; si cuentan con un líder; si tienen encuentros pasivos o activos; la relación entre los miembros de la junta y los administrativos; si los “comités” (de finanzas o auditoría) hacen su trabajo eficazmente; y qué compromiso tienen los miembros con el mejoramiento de los procesos empresariales.
La crisis, una oportunidad
Por otro lado, David Nadler indicó que las crisis abren el espacio para que las empresas se revisen a sí mismas, incluyendo a las juntas, que “deben ser equipos para cumplir metas, tomar decisiones, ubicar recursos y decidir sobre los riesgos”.
“En EE.UU. han ocurrido tres grandes crisis económicas y todas ellas motivaron cambios importantes en el comportamiento de las juntas directivas”, recalcó.
Nadler explicó que hay un “termómetro” para medir la actividad de las juntas: la pasiva, “que sólo acuden a las citas, hacen preguntas amables y luego se van sin pensar en acciones más allá”, mientras que el otro extremo es la junta operativa “que se toma el trabajo de manejar la compañía, como lo harían los administrativos”. Explicó que “ninguno de los dos lados es bueno, porque la primera no cumple con sus responsabilidades y la segunda está ‘pisando las mangueras’ de la administración”.
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