Pico y placa Medellín

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noun-live-broadcast-1664839 Señal en vivo

Juan Manuel Santos hizo un balance de los siete años de gestión

“El próximo lunes comienza mi último año de gobierno. Hemos llegado a este punto luego de un camino de siete años, marcados por grandes retos e importantes logros, también algunas frustraciones y tareas pendientes, siempre buscando mejorar la vida de los colombianos.

He tomado decisiones difíciles, algunas impopulares… pero todas necesarias. También, sin duda, me he equivocado…

En más de una ocasión, uno que otro colombiano –a veces con cariño, otras veces no tanto– me ha llamado terco o testarudo.

Pero tomé estas decisiones porque, cuando comencé mi mandato, me puse como norte hacerles frente a los grandes problemas del país: a retos que, por una u otra razón, no se habían resuelto, y que nos estaban impidiendo construir una mejor Colombia.

Por eso decidimos apostarle a la paz, para cambiarles la vida a millones de colombianos que padecían la violencia día tras día.

Le apostamos al futuro, enfocándonos en ampliar el acceso a la educación y mejorar su calidad; también nos la jugamos por darles un techo a cientos de miles de familias en el país; e invertimos en proyectos de infraestructura que están transformando para bien las vidas de los colombianos.

Hoy podemos sentirnos orgullosos de ser un país que está construyendo la paz, un país más próspero que hace siete años.

Sin embargo, todavía hay muchos colombianos que pasan necesidades y no la tienen fácil para salir adelante.

Para ellos –para ustedes– vamos a seguir trabajando en este año, como si fuera el primero.

Por eso hoy quiero hablarles de lo que podemos y vamos a hacer por todos los colombianos, para que tengan mejor calidad de vida y más oportunidades.

En este año vamos a consolidar el potencial de futuro que se liberó gracias al fin del conflicto con las FARC.

Piensen en las vidas de nuestros hijos, de nuestros vecinos, que hoy vislumbran un mejor futuro.

Piensen en esos miles de hombres, mujeres y niños que hoy están vivos gracias a que ese conflicto terminó. ¡Ellos son la verdadera razón de nuestro esfuerzo por la paz!

Ya lo dije: entrego con gusto hasta el último punto de la popularidad que me queda, a cambio de una –¡una sola! – de las vidas que se han salvado.

Hoy quiero decirles que no hemos terminado: ¡todo lo contrario!

Yo no estoy buscando votos, ni me presentaré a ninguna elección… Lo único que me interesa es que terminemos bien lo que empezamos.

Y nos queda un año de trabajo arduo para consolidar y multiplicar los avances que hemos logrado.

***

Sé que la inseguridad es uno de los temas que más les preocupa.

Ningún colombiano debería tener miedo de sacar el celular en el bus o de caminar de noche; ninguna mamá debería tener miedo por la seguridad de sus hijos en el parque.

Hoy tenemos las cifras de homicidio y secuestro más bajas en por lo menos cuarenta años, pero sabemos que eso no es suficiente. ¡Podemos –y debemos– avanzar mucho más!

Ahora que terminó la guerra con las FARC, más soldados y más policías están combatiendo todas las formas de inseguridad –el ELN, las bandas criminales y la delincuencia común–, incluido el narcotráfico.

Es un desafío enorme. Los cultivos de coca aumentaron y estamos actuando YA para hacerle frente a esa realidad.

Nos pusimos una meta: erradicar –mínimo– 100 mil hectáreas de coca –50 mil mediante sustitución voluntaria, y 50 mil a través de erradicación forzosa–. Y estamos trabajando para cumplirla.

Las incautaciones de cocaína en los últimos años han superado todos los records.

***

El tema del empleo ha sido, es y seguirá siendo una prioridad. A pesar de los avances, sé que en muchas familias hay personas que buscan un trabajo digno y no pueden conseguirlo.

Nuestro propósito es que más y más colombianos consigan empleo de calidad. Y en estos siete años muchos compatriotas han encontrado trabajo.

Pero soy el primero en reconocer que todavía tenemos un largo camino por recorrer para que todos los trabajadores gocen de los beneficios de ley, como acceso a salud, vacaciones, primas y ahorro para la vejez.

Y no solo se trata de empleo. Nos hemos propuesto ayudar a muchas madres cabeza de familia, a tantos emprendedores que hay en Colombia, a que monten sus negocios y sean independientes, e incluso nos ayuden a crear trabajo.

También vamos a meter a fondo el acelerador para avanzar aún más en la reducción de la pobreza: ya salieron de la pobreza más de 5 millones 100 mil compatriotas, pero hay que ir más allá.

Hace siete años, muchos de ustedes –más de 6 millones de colombianos– no tenían agua potable en sus casas y tampoco alcantarillado.

Hoy ya lo tienen: tienen mejor calidad de vida y condiciones más dignas para progresar.

¿Y qué decir de la vivienda? Tener una casa propia –un techo para la familia– es una de las aspiraciones más grandes que tiene cualquier familia colombiana.

Hace un mes estuve en Salgar, Antioquia, terminando de entregar todas las viviendas y las obras de reconstrucción de ese municipio, afectado por una avalancha hace dos años.

Una salgareña me recordó una verdad de a puño: “Tener casa no es riqueza, pero no tenerla es pobreza”.

En estos siete años se han construido 1 millón 400 mil viviendas y más de la mitad de ellas las hemos subsidiado a las familias de menores recursos y a muchas familias de clase media. Es más: el año próximo completaremos 135 mil viviendas entregadas gratis a las familias más pobres del país.

También vamos a seguir afianzando dos pilares fundamentales para mejorar el futuro del país: la salud y la educación.

Sé que muchos de ustedes sienten que la calidad de la salud es todavía insuficiente, y tienen razón. Tienen razón porque soy el primero en reconocer que ese servicio deja mucho que desear.

Pero miren esto: hace menos de diez años una cuarta parte de los colombianos no tenía derecho a enfermarse porque, sencillamente, no hacía parte del sistema de salud.

Hoy tenemos cobertura universal. Y nuestro reto ahora es mejorar la calidad y la oportunidad en el servicio de salud, que –repito– no está funcionando bien.

En cuanto a la educación, ustedes saben que nos pusimos la meta de ser el país más educado de América Latina de aquí a ocho años.

Es un objetivo muy ambicioso y estamos dando los pasos necesarios para alcanzarlo.

Milllones de padres de familia hoy pueden dar testimonio de esto: sus niños menores de seis años reciben atención integral a través de la estrategia De Cero a Siempre; sus niños en edad escolar van totalmente gratis al colegio; cuentan con más libros y textos gratis, y cada vez más computadores.

Estamos avanzando –mediante la construcción de 30 mil aulas escolares– para que nuestros niños puedan pasar más tiempo en el colegio y estudiar en jornada única.

¡La educación superior es el paso siguiente! Hoy más de la mitad de los bachilleres que salen del colegio van luego a una universidad o a un instituto técnico. ¡Y deben ser más cada día!

Para eso, ampliamos la oferta de formación en el Sena y la posibilidad de que –gracias a Ser Pilo Paga– los jóvenes de menores recursos estudien en las mejores universidades.

***

También sé que hay preocupación por la economía, y la entiendo.

Si algo afecta a un padre de familia es que la plata no le alcance para lo del mes.

Hemos pasado momentos difíciles, muy difíciles, principalmente por razones que no controlamos, como la caída de los precios internacionales del petróleo o el fenómeno del Niño que hizo tanto daño a nuestra agricultura.

Pero hemos tomado las medidas para devolver el dinamismo a la economía –a la industria y el comercio en particular–.

Para eso, para crecer más, generar más empleo y más oportunidades adelantamos la revolución de la infraestructura. Puentes, dobles calzadas, autopistas, aeropuertos, se están construyendo o ampliando en todo el país. Esa es la clave para una economía mejor.

Aquí también nos falta mucho. Con los gobernadores y alcaldes vamos a dedicarnos a construir carreteras que unan las veredas, pueblos y ciudades, para que los campesinos lleven más fácil y rápido sus productos a los mercados.

Esperamos que el segundo semestre sea mejor, y ya hay señales alentadoras: las exportaciones y la inversión extranjera aumentaron, y la inflación bajó. Y el turismo va disparado.

Por fortuna, nuestro campo ha sido este año el sector líder del crecimiento económico, y podrá crecer mucho más sin el conflicto armado con las FARC, que le generó tanto atraso.

Ayer mismo conocimos las cifras de la producción de café, que subió un 25 por ciento. Y eso es un buen indicio.

Falta mucho –claro que falta–, pero seguimos avanzando. Y ustedes, queridos compatriotas, lo ven cuando viajan por tierra o utilizan los aeropuertos. ¡Cada vez más es un placer viajar por Colombia, por nuestro bello país!

El mundo nos mira con respeto por lo que hemos hecho y lo que estamos haciendo. Ya no nos ven como un país problema sino como un país con un potencial inmenso.

Pero repito: el tema no es lo que hemos hecho, sino lo que tenemos que hacer todavía. Porque siempre hay nuevos desafíos, nuevas necesidades.

Nos queda un año de trabajo; un año en el que debemos –¡y podemos!– consolidar e incrementar los avances sociales, económicos, de seguridad y de paz.

Para enfrentarlos debemos atacar de frente la corrupción. Los corruptos les roban el futuro a los colombianos, y vamos a atacarlos donde más les duele: la plata.

Con la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría los vamos a arrinconar. Los estamos arrinconando.

***

No tenemos que pensar todos igual, pero sí podemos remar todos en la misma dirección, que no es otra que la del bienestar y la tranquilidad de los colombianos. ¡A eso los invito!

Estamos construyendo la paz para tener un mejor mañana. Ya tenemos en marcha los planes –con las comunidades— para llevar a las regiones que más sufrieron por el conflicto y la ausencia del Estado, los servicios y las oportunidades que merecen y necesitan.

***

Colombianos:

Hoy quiero decirles que, en este último año de mi gobierno, dedicaré cada minuto, cada segundo, a afianzar lo avanzado y a mejorar en lo que falta.

Pero no puedo solo. Así como los logros alcanzados son de todos los colombianos, los retos también lo son.

Si trabajamos unidos, si lo hacemos juntos, tendremos la Colombia de oportunidades que siempre hemos soñado”.