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Teherán, 10 abr (EFE).- Científicos iraníes han sido capaces de construir y probar con éxito centrifugadoras de uranio de "segunda y tercera generación", afirmó hoy el director del organismo iraní de la Energía Atómica, Fereydun Abasi.
El declaraciones divulgadas por la prensa estatal, el citado responsable, vinculado a la poderosa Guardia Revolucionaria, explicó que la función de estas nuevas máquinas, que definió como de fabricación y tecnología nacional, es mejorar la capacidad de separación atómica.
"Dentro de la estrategia de optimización de las centrifugadoras, y con el objetivo de ampliar el poder de separación, se han creado máquinas de segunda y tercera generación, que han sido probadas con éxito", detalló.
En este sentido, Abasi añadió que las centrifugadoras de primera generación prosiguen el enriquecimiento de uranio al máximo nivel, pese a las disfunciones que algunas de ellas sufrieron meses atrás, al parecer a causa del ataque de un potente virus informático llamado "Stuxnet".
El responsable reveló, igualmente, que su país ha avanzado en la capacidad de autonomía nuclear con la puesta en marcha de una unidad para la producción de dióxido de uranio, que permite abastecer de combustible al reactor de agua pesada de Arak y el reactor nuclear de Teherán.
Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos, Israel y las potencias europeas a la cabeza, acusan a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de naturaleza clandestina y aplicaciones bélicas cuyo objetivo sería adquirir armas atómicas, alegación que el régimen iraní refuta.
El pulso se enconó en febrero del pasado año después de que el ultraconservador presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunciara que su país había comenzado a enriquecer uranio por encima del 20 por ciento.
Meses antes, el régimen iraní había obviado una propuesta de Rusia, Estados Unidos y el Reino Unido para enviar su uranio al tres por ciento al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20 por ciento y en las condiciones que dice necesitarlo para mantener activo su programa nuclear civil.
Ante esta situación, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una nueva ronda de sanciones internacionales contra Irán.
La revelación de Abasi se produce escasos días después de que la oposición iraní en el exilio denunciara la existencia de una fábrica "clandestina" de componentes para la centrifugadoras cerca de la ciudad iraní de Karaj, al oeste de Teherán.
El sábado, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Ali Akbar Salehí, confirmó la existencia de citada factoría, pero subrayó que no es "una instalación secreta".
"No es ningún descubrimiento nuevo... Fabricamos partes allí y no es confidencial. Hay decenas de fábricas en el país que componen las piezas que necesita la Organización iraní de la Energía Atómica", afirmó.