La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas anunció que este lunes 1 de septiembre comenzará la primera fase de intervención forense en el cementerio de Caldas, Antioquia.
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Desde la mirada de expertos en derechos humanos, este es un paso clave en la dignificación de las víctimas y sus familias, puesto que permitirá abrir nuevas líneas de investigación que conduzcan a su ubicación especialmente en zonas del sur del Valle de Aburrá que han sido poco exploradas, y que pueden establecer hallazgos importantes sobre la guerra urbana.
“Precisamente estas acciones de grupos al margen de la ley que han generado desaparecidos y masacres en el sur del Valle Aburrá está muy poco explorado, entonces saludamos que la JEP pongan los ojos porque como les digo el tema del 2002, 2003 fue el año incluso más violento en todo el Valle de Aburrá”, indicó Carlos Andrés Zapata, presidente de IPC.
Expertos a su vez plantean la necesidad de extender este tipo de procesos a otros cementerios del área metropolitana, donde podrían hallarse restos de víctimas de la violencia de los años 80, 90 y 2000 en Medellín y el Valle de Aburrá.
“Es muy importante que la JEP abra otras líneas de investigación para esclarecer y poder encontrar las víctimas en contexto urbano que son muchos, el universo de víctimas desaparecidas o dadas por desaparecidas en Antioquía está cerca de las 24.000 y de eso una cuarta parte está en el Valle de Aburrá o sea más de 4.500 casi 5.000”, agregó Zapata.
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Recientemente, la UBPD informó la recuperación de 40 cuerpos en los cementerios de Caucasia y Santa Fe de Antioquia. Según el organismo, en Antioquia se registran alrededor de 20.000 personas desaparecidas, lo que refleja la magnitud del desafío y la urgencia de intensificar las acciones de búsqueda.
