Hace 6 meses, Melissa de tan solo 18 años de edad y residente en Guayabal invitó a varios amigos de otras zonas de Medellín con movilidad reducida para que integraran un grupo de danza y baile. Desde entonces, cada sábado sin falta se reúnen a bailar sin limitaciones.
Todos coinciden en que no sienten limitaciones para bailar; sin embargo, cada 8 días deben superar los obstáculos que les pone la sociedad y las vías de la ciudad, por ejemplo, deben desplazarse rodando por las calles porque los taxis no los transportan o conseguir sillas de ruedas adaptadas para poder danzar.
Este sueño tiene un cómplice: Wilson, un líder cultural del barrio Guayabal que está convencido que no existen limitaciones para las personas con movilidad reducida. Estos jóvenes de Guayabal, Aranjuez, Popular, Belén Rincón y Bello no quieren dejar de bailar; por eso, sueñan con tener un carro que los movilice, uniformes y sillas que les permitan seguir danzando.