Lo único que quedó en pie en la vivienda de don Jhon, este habitante del sector de Nueva Jerusalén, fueron la puerta y el marco de las ventanas, pues son de hierro. El resto, por no decir que todo, lo consumió el fuego que a eso de la 1:30 de la madrugada puso a correr a todos en el sector.
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El mismo drama lo viven hoy doña Claudia y sus dos hijos, quienes se encontraban descansando cuando el fuego los obligó a huir.
La emergencia, por fortuna, no dejó personas heridas pero sí acabó con la vida de tres cachorros que se encontraban en el interior de una de las viviendas.
De no haber sido por la pronta reacción de la comunidad, hoy los afectados podrían ser más, pues en la zona predominan construcciones de madera.
