Después de estos 40 años, en Armero Guayabal vive menos de la mitad de las personas que lo habitaban. El ICBF desclasificó el libro rojo sobre los casos de los niños entregados en adopción luego de esta tragedia.
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Sus calles no son las de un municipio en desarrollo, pues la desidia política no ha permitido reconstruir el pueblo como se los prometieron, como el desarrollo que ya tenía este territorio antes de la oscura noche del 13 de noviembre de 1985.
“Acá están ustedes, los armeritas, 40 años después. Los niños que hoy son padres, incluso abuelos, cada año regresan, recuerdan y mantienen vivo el sueño común que ni el volcán, ni la avalancha de desidia institucional pudieron borrar”, manifestó Carlos Carrillo, director de la Ungrd.
Una de las grandes sombras en estas cuatro décadas, son los niños sobrevivientes. Se calcula que 583 menores se perdieron en la tragedia. Irregularidades en las adopciones han cuestionado la idoneidad y ética del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
El libro rojo, donde estarían los datos de cientos de niños perdidos, ha sido una deuda histórica de la entidad con los sobrevivientes. El ICBF hoy ha desclasificado este libro, digitalizado y entregado al archivo general de la república para su consulta.
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“Es un documento testimonial que hemos cuidado con toda la conservación que nos ha pedido el Archivo General de la Nación, que trae fotos, actas y testimonios de aquellos niños que pasaron por nuestra institución”, indicó Astrid Cáceres, directora del ICBF.
Muchos de estos niños terminaron adoptados, incluso, por familias en el extranjero.