En medio de desacuerdos entró en vigor el decreto del Gobierno Nacional de Hungría, que obliga a las mujeres a escuchar los latidos del corazón del feto antes de abortar, una decisión que ha enfrentado a organizaciones que defienden los derechos de las mujeres, con quienes apoyan la conformación de la familia.
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"La enmienda anunciada no es otra cosa que una medida dañina que solo sirve para humillar a mujeres que ya se encuentran en una situación muy difícil", manifestó la ONG Unión por los Derechos Fundamentales (Tasz) en un comunicado.
Por su parte, el Ministerio del Interior de Hungría aseguró que antes de abortar, las mujeres deberán presentar un certificado en el que quede constancia de que ha recibido información sobre los signos vitales del feto.
Según indicó la Oficina de Estadísticas, en Hungría se registraron casi 22.000 abortos y unos 93.000 nacimientos durante el 2021.
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