Dos días después de la tragedia, fue organizado en tiempo record pero con una profunda convicción de solidaridad con las familias de las víctimas y el pueblo brasileño, un homenaje a la delegación de Chapecoense, justo el 30 de noviembre de 2016, día en que se debía jugar la final de la Copa Suramericana.
A las 6:45 de la tarde debía comenzar la gran final que no se jugó pero miles asistieron a la cita. Eran tantos los antioqueños y colombianos que se conmovieron con la tragedia que más de 70 mil personas llegaron al sector del Estadio.
Se necesitaría tres veces el Atanasio Girardot para albergar a tal cantidad de asistentes quienes guardaron un silencio sepulcral para escuchar a José Serra, canciller de Brasil.
El día después al homenaje en Medellín comenzó el difícil proceso de repatriación de los cuerpos, primero los naturales de Bolivia y Venezuela y luego los integrantes del plantel, cuerpo técnico y directivo del equipo verde del norte que fueron trasladados a Chapecó.
En Brasil, recibieron como héroes a las víctimas de Chapecoense
Al Estadio Arena Condá no le cabía un alma para recibir a aquellos héroes que buscaron la gloria deportiva y terminaron encontrando la eterna. Los habitantes de Chapecó hicieron una larga vigilia y en un sentido homenaje que fue acompañado siempre de una fuerte lluvia despidieron a las víctimas de la tragedia de Chapecoense.