Porque en Medellín somos así, conocimos la historia de Jaime Alberto, un hombre de 60 años que se quedó sin trabajo durante la pandemia, pero descubrió un talento para elaborar pequeños barcos.
Un viaje con su talento fue el que emprendió Jaime Alberto junto a sus pequeños barcos de madera. Estos se convirtieron en su sustento desde hace cuatro años, luego de que las malas decisiones y la pandemia lo llevaran a perder su trabajo.
Estas artesanías son elaboradas por él mismo en menos de dos horas, con palillos de dientes, madera, plástico y algo de pegamento, un concepto minimalista que vende para costearse su alimentación y su hospedaje diario.
Este hombre comparte su talento en las calles de la capital antioqueña, donde espera que sus barquitos zarpen con un mensaje a cada ciudadano. Y es que la vida le ha puesto mares turbulentos, pero ha anclado su pasión en lo que hoy considera su arte.
A Jaime Alberto, seguro, se lo pueden encontrar caminando en el centro de la ciudad, donde le ofrecerá, por 5 mil pesos, uno de sus pequeños barcos.
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