En 1996, la vida de Miguel cambió para siempre. Su hija, Daniela Montoya, de apenas cuatro años, fue arrebatada de sus brazos. A partir de ese momento, comenzó una búsqueda incansable por encontrarla. Daniela fue declarada una de las niñas más buscadas por la Interpol en el mundo entero.
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Miguel no se rindió. Recurrió a todas las autoridades, habló con personalidades, viajó, preguntó y denunció. Pero si algo tiene claro, es que por más caminos que él haya recorrido, fue Dios quien obró el verdadero milagro. Dos años después, logró encontrar a su hija en China.
Ese reencuentro no solo marcó el final de una búsqueda desesperada, sino el inicio de una transformación espiritual. Miguel decidió contar su historia en un libro titulado ‘La gracia del sufrimiento para volver a Dios’.
Años más tarde, movido por el deseo de compartir su testimonio con el papa Francisco, Miguel envió su libro a Roma a través de un amigo sacerdote. Junto al ejemplar, incluyó una carta y la dirección de su casa, con la esperanza de recibir algún día una señal de que su historia había llegado a las manos del santo padre.
“Me dicen que había llegado un sobre del Vaticano, yo me puse supremamente nervioso, inmediatamente me fui para la oficina de mi padre y efectivamente estaba ahí el sobre sellado con el escudo del Vaticano, yo muy nervioso empiezo a abrir el sobre y lo primero que se cae del sobre la fotografía, la foto que yo le había pedido a él que me enviara para tener la certeza de que el libro había llegado a manos de él”, contó Miguel Iván Montoya.
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Miguel nombró así su libro, ‘La gracia del sufrimiento’ porque fue justamente ese dolor, esa pérdida, lo que lo devolvió a los caminos de Dios.
