Ella es Lya Frank, una joven de San Javier que lleva el arte en la piel, la música en el alma y el barrio en cada paso. Aunque no vivió los momentos más oscuros de la comuna 13, su historia personal no se entiende sin la memoria colectiva del territorio que la vio crecer.
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Desde pequeña estuvo rodeada de grafiti, rap, cultura urbana y resistencia, expresiones que moldearon su identidad y encendieron el fuego de su proyecto musical, pero fue en Casa Kolacho, epicentro cultural del barrio, donde por primera vez se encontró con los sonidos electrónicos, y algo dentro de ella hizo clic.
Lya es una de las artistas participantes del proyecto Medellín Music Lab. Con cada mezcla, demuestra que el arte no solo sanó heridas en la comuna, habla de libertad, futuro y sueños posibles.
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LyA no se despide sin una gran invitación, este viernes 31 de octubre, celebra su propia fiesta ‘Spicy’, un encuentro donde convergen música, tatuajes, moda, gastronomía y memoria, en donde también comparte esta historia artística de Medellín que hoy retumba en el mundo.