Más de 40 días ajustan los enfrentamientos y disturbios en Venezuela que han dejado más de 40 muertos y 480 heridos por enfrentamientos entre opositores y el Gobierno de Nicolás Maduro.
La incertidumbre, el caos y el temor a la muerte también elevaron las cifras de desplazados. A Medellín por ejemplo, en el último mes han llegado más de 30 mil ciudadanos de ese país.
Este informe especial de Noticias Telemedellín les muestra la radiografía de cómo viven los venezolanos que llegan a la ciudad.
Aunque Medellín tiene más de 2.464.000 habitantes y está a 1.762 kilómetros o 1.095 millas de Caracas, capital de Venezuela, hoy es una de las ciudades del mundo que más venezolanos ha recibido como consecuencia de la coyuntura política que ha derivado desde el 1 de abril en graves enfrentamientos entre la fuerza pública y los miles de opositores.
Hasta ahora la violencia en las calles deja 40 muertos y más de 480 heridos entre manifestantes y oficialistas y cerca de 1.289 personas capturadas.
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A miles de kilómetros de distancia y por las calles de nuestra ciudad, centenares de ciudadanos bolivarianos, caminan, trabajan o buscan un rinconcito para olvidar el dolor.
Con más de 55 años de edad, Jhonny tuvo que salir del estado de Mérida, ubicada en la parte central de la cordillera andina venezolana, dejando allí sus dos hijas y su esposa. Anteriormente se dedicaba a oficios de zapatería y artesanías, con lo que llevaba el sustento a su hogar.
Hoy con su cara ajada y desilusionado por la realidad que vive su país, y con dos meses de residir en Medellín, encontró en la vía pública el sustento para sobrevivir asando arepas.
Caminamos por las calles del barrio Belencito en la comuna 13 de Medellín encontramos un grupo de más de 20 venezolanos que desesperados e impotentes abandonaron su país y encontraron refugio en esta zona del occidente de la ciudad.
Sergio tiene 23 años, en Venezuela estudiaba pensando en un futuro para su familia y hoy tras ajustar un mes en Medellín ha logrado conseguir empleos transitorios como albañil o carpintero.
Carlos, Jhonny, David y Sergio coinciden en querer volver a Venezuela, pero para hacerlo deben esperar a que el conflicto político y social se resuelva.
Mientras eso ocurre, lamentan no tener permiso o visa de trabajo en Colombia y recuerdan que en su Nación, el salario mínimo mensual vigente es de 65.000 bolívares que equivalen a menos de 44 mil pesos colombianos.
Estos 4 venezolanos trabajan informalmente hoy en Medellín y a veces recogen en una semana, 100 mil pesos mensuales que destinan para comer, pagar arriendo en una pieza y consignar a sus familiares en Venezuela.
A su manera y con dolor de patria, un grupo de venezolanos se reúne en la ciudad para protestar contra los atropellos que dicen comete el gobierno de Maduro contra la ciudadanía. Destacan la generosidad de los medellinenses y sueñan con retornar a sus estados de origen.
Y es que al igual que en Medellín en otros municipios del Valle de Aburrá es común ver venezolanos trabajando en restaurantes, hoteles, almacenes de cadena, manejando taxi, ayudantes de cocina, vendedores ambulantes y en otros oficios.
Esta situación tiene a instituciones y entidades como la Personería de Medellín, en alerta porque la mayoría no ha regularizado su situación migratoria. Recordaron que los turistas y desplazados venezolanos en su condición de extranjeros cuentan con servicio de urgencias en salud.
El panorama gris para muchos venezolanos que han llegado a Medellín pareciera no aclarar; por ejemplo, un grupo de mujeres transgénero decidió sortear las calles del centro de la ciudad. Aceptan las dificultades de ofrecer sus servicios sexuales en una ciudad y un centro que no es el suyo.
El Defensor asegura que hoy tiene censados 5.303 venezolanos que han ingresado legalmente a esta ciudad. Cifras de Migración Colombia dicen que este año y paralelo al conflicto venezolano, han llegado 5.486 venezolanos, 5.202 han salido hacia otras zonas del mundo, 57 han sido deportados, 2 expulsados y 1.564 han solicitado prórrogas a sus visados de turistas.
Mientras las autoridades definen los procedimientos para garantizar los derechos de los venezolanos en Medellín, a este Ingeniero Ambiental de solo 22 años, le tocó guardar sus diplomas y sueños para trabajar como ayudante de carpintería.
Y mientras Manuel lava carros, Ulises trabaja la madera que no es suya y otros cientos de compatriotas suyos se emplean en lo primero que les resulte, en Venezuela, a miles de kilómetros de distancia la confrontación continúa. Por eso el llanto no termina y la ilusión de volver a vivir en un país en calma, permanece en la esperanza de los venezolanos que decidieron abandonar sus hogares.