Los hallazgos en La Escombrera respaldan el relato de las madres buscadoras, que durante más de 20 años han pedido intervenir la escombrera.
No estaban locas. Su intuición de madres era cierta, su reclamo era la memoria de sus hijos desaparecidos. Los primeros asomos de verdad en La Escombrera son una esperanza para desenterrar los crímenes que allí se cometieron, sostienen las organizaciones de víctimas.
Las hermanas Lauritas llevan 22 años reclamando la verdad en La Escombrera, su obra no ha sido indiferente porque vivieron en carne propia las violencias y las intervenciones militares en San Javier.
Las madres y las hermanas Lauristas siguen esperando que la verdad se siga conociendo, para que las víctimas tenga, al menos, un cuerpo al cual rezarle.
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