Solo un mes de trabajo cumplía Julián Andrés Valderrama Monzón, de 28 años, que llevaba pocos días en su trabajo con la esperanza de una vida mejor para él y su familia.
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Nació en el corregimiento Totumo del municipio de Necoclí y vivía en Medellín desde los 10 años. Lo habían contratado como obrero junto en la empresa donde también trabaja su madre: Telval, contratista del metro, y adelantaba las obras de reparación que hoy tiene operando con normalidad nuevamente el sistema.
Un conductor en estado de embriaguez, de 26 años, cegó sus sueños tras arrollarlo a él y también a cuatro compañeros más que resultaron heridos.
“Él era muy echado para adelante y dispuesto para lo que le tocara y muy alegre, muy buen hijo, es un hijo ejemplar que tuve, es mi hijo mayor y me he sentido toda la vida y me sentiré orgulloso del hijo que crie y eduqué”, expresó Julián Valderrama, padre de la víctima.
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La familia de la víctima viajó desde Urabá durante horas para reclamar el cuerpo de Julián Andrés en Medicina Legal, esperan llevarlo a Necoclí para darle el último adiós con todos sus seres queridos, pero esperan que las autoridades no dejen esta muerte impune.
“Esperamos que se haga justicia, de todas maneras, perder un hijo es demasiado duro y por otro por estar bajo los efectos del alcohol es una irresponsabilidad muy grande y mire todo el sufrimiento que nos ha hecho”, manifestó Valderrama.
Sobre los heridos, tres ya fueron dados de alta y continúa en cuidados intensivas de la Clínica Las Vegas otro contratista del metro.
