En las calles del Poblado, entre el sol, la lluvia y el ritmo acelerado de la ciudad, se mueve Cristhian Oquendo, mejor conocido en redes sociales como @eldelasfresaslocas. Lleva años vendiendo fresas frescas y mermeladas artesanales que él mismo prepara con dedicación, constancia y una sonrisa siempre lista para regalar. Fresas locas
Este vendedor ambulante de Medellín empezó su camino gracias a un tío que le sugirió la idea, para que siguiera sus pasos. Desde entonces, ha recorrido decenas de cuadras llevando no solo fruta, sino también un mensaje de amor propio, trabajo honesto y ganas de salir adelante.
Aunque vive en el barrio Andalucía, su ruta de ventas está en el Poblado, donde día a día carga su canasto con fresas rojas, dulces y fresquitas, además de frascos de mermelada que saben a frescura pura. Sin embargo, no todo es color de rosa. Cristhian admite que muchas veces ha sentido el menosprecio que enfrentan los vendedores ambulantes, y que no es fácil aguantar tantas horas al sol o a la intemperie sin saber si ese día logrará vender lo suficiente. Fresas locas
Pero para él, lo mejor de su trabajo está claro: conocer personas. “Siempre aparece un angelito que me ayuda”, cuenta con la voz entre la gratitud y la esperanza.
Su sueño es que algún día su negocio crezca tanto que ya no tenga que recorrer las calles, sino que pueda vender solo por su cuenta de Instagram, donde cada vez más personas conocen su historia y prueban su sabor. Fresas locas
Y tiene un mensaje claro para quienes también están luchando por salir adelante, “no desistan”.
Cristhian es uno de los propios de Medellín, esos que hacen ciudad a pulso, con dignidad, sabor y corazón. Porque detrás de cada persona, hay una historia que vale la pena contar. Y la de él, sin duda, es una de ellas.