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Francia abre la puerta al matrimonio homosexual

matrimonio homosexual en Francia

París, 7 nov (EFE).- El Gobierno francés presentó hoy el proyecto de ley que legaliza el matrimonio homosexual, el primer paso de esta reforma social prometida por el presidente, François Hollande, que tiene por delante un gran camino legislativo y que cuenta con la oposición de la derecha y de diferentes confesiones religiosas.

Considerada como la primera gran reforma social del mandato del presidente socialista, el matrimonio homosexual cuenta con el respaldo mayoritario de los franceses.

Hollande lo consideró "un paso más hacia la igualdad de derechos" y "un avance hacia la seguridad jurídica y la solidaridad de las personas que eligen casarse y de sus hijos", según relató la portavoz del Gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, al término del Consejo de Ministros en el que se presentó el proyecto.

El texto entra ahora en un largo trámite parlamentario, que el Ejecutivo ha decidido retrasar a enero próximo para dar más margen al debate, y en el que se verán las posiciones enfrentadas de progresistas y conservadores.

Los sondeos revelan que la sociedad francesa pide de forma mayoritaria el matrimonio homosexual, pero es menos categórica a la hora de reconocer su derecho a la adopción.

El vespertino "Le Monde" publicó hoy un sondeo que revela que el 65% de los franceses son favorables a las bodas entre personas del mismo sexo, pero solo el 52% cree que deben poder adoptar.

Por ese flanco, la conservadora Unión por el Movimiento Popular (UMP) espera debilitar al Ejecutivo y pide que se abra un debate sobre el derecho a adoptar.

No es lo único que piensan hacer los conservadores. Muchos alcaldes ya han avisado que no celebrarán bodas homosexuales y 15.000 de ellos han firmado una petición para que se reconozca su derecho a la objeción de conciencia.

El presidente del grupo parlamentario de la UMP, Christian Jacob, aseguró que derogarán la ley si llegan al poder.

El diputado ultraderechista Gilbert Collard en la Asamblea pidió un referéndum para inscribir en la Constitución la prohibición del matrimonio homosexual.

Incluso en el seno del Partido Socialista (PS) algunas voces piden que se profundice en el debate sobre la homoparentalidad, lo que promete semanas de dura pelea parlamentaria antes de la aprobación definitiva de la ley.

Pero los ataques más virulentos han procedido de la Iglesia católica, confesión mayoritaria en Francia, y que ha decidido poner todo su peso ideológico para evitar que se apruebe una ley que, a su juicio, "haría tambalearse uno de los fundamentos de la sociedad e instauraría una discriminación entre los hijos".

Así lo expresó el pasado sábado el presidente de la Conferencia Episcopal francesa, André Vingt-Trois, que pidió a los fieles que traten de influir en los diputados para que no se adopte la ley.

El Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) tampoco dio su respaldo al texto, que contraviene "la jurisprudencia islámica", pero mostró su respeto por el laicismo francés y señaló que las reglas religiosas no deben oponerse a las civiles.

El proyecto de ley del Gobierno tampoco satisface plenamente a las asociaciones homosexuales, que consideran que no iguala totalmente sus derechos a los de los heterosexuales.

El portavoz del colectivo Lesbianas Gays Bi y Trans (LGBT), Nicolas Gougain, aseguró que esperan que en el debate parlamentario se eliminen esos agravios.

El texto supone para los homosexuales un avance con respecto a la actual unión de hecho, que no les reconocía la posibilidad de adoptar ni las ventajas fiscales del matrimonio.

Pero LGBT hecha de menos que el texto reconozca el derecho de los homosexuales a acceder a la reproducción asistida o que no equipare la custodia compartida entre los dos cónyuges cuando uno de ellos tuviera un hijo antes del matrimonio.

"Hoy se ha dado un paso importante, pero no vamos a parar hasta que se reconozcan todos nuestros derechos", aseguró Gougain.