El fenómeno de El Niño que se está viviendo durante el segundo semestre de este 2023 se está intensificando y el planeta ha comenzado a sentir sus efectos. La situación en el Amazonas es particularmente preocupante.
A pesar de las continuas advertencias de numerosas organizaciones sobre la necesidad de tomar medidas para frenar el calentamiento global, parece que la humanidad está perdiendo la carrera contra el tiempo.
Las consecuencias son cada vez más graves y evidentes, como lo demuestra la crisis que enfrenta la Amazonia. La sequía en importantes afluentes del río Amazonas ha causado estragos significativos.
Fotografías recientes, ampliamente difundidas en los últimos días, muestran la gran cantidad de playas que han aparecido en las orillas del río debido a la falta de agua.
Los barcos utilizados para el transporte de pasajeros y carga ya no pueden navegar, y algunos de ellos quedaron encallados en bancos de arena, lo que ha provocado una crisis de desabastecimiento.
Las especies también se han visto gravemente afectadas, incluyendo peces del río, delfines y otros mamíferos terrestres. Las comunidades que habitan en estas áreas claman por ayuda, ya que las consecuencias para ellos también comienzan a ser desesperantes.