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Santa Cruz de Mompox (Colombia), 23 abr (EFE).- El fervor litúrgico y la multitud de nazarenos que hasta el domingo recorren las calles de Santa Cruz de Mompox, unido a la pervivencia de las tradiciones sevillanas, convierten la Semana Santa de este pueblo colonial en una de las más emblemáticas de Colombia.
Esta pequeña localidad ubicada en una isla del río Magdalena, el más caudaloso del país, tiene como eje principal de su cultura la fe católica que se refleja en sus siete iglesias coloniales muy bien conservadas y en la majestuosidad de su Semana Santa.
"Es una costumbre cultural del sur de España, sobre todo sevillana; los españoles que fundaron la ciudad en 1540 trajeron toda la tradición de la fe cristiana y hacia 1564 se celebra la primera Semana Santa en Mompox y desde entonces ininterrumpidamente hasta hoy", explica a Efe el historiador Oscar Arquez Van-Strahlen.
Una de las características que hace especial a la Semana Santa momposina son sus "pasos" (armazones de madera cargados en hombros por los nazarenos que sostienen las representaciones bíblicas) que marchan "en un armónico bamboleo lateral, lo que hace que un recorrido de escasas cuatro cuadras se haga durante siete horas", indicó.
Así se representa "la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo", agrega Arquez Van-Strahlen, quien detalla que los nazarenos son "gente humilde, campesinos, artesanos, orfebres, hombres del común que, juntándose con profesionales e intelectuales, cumplen ese sagrado pacto de cargar el Santo para cumplir una promesa por un favor recibido".
El historiador recuerda que fue el fallecido sociólogo Orlando Fals Borda quien definió la Semana Santa momposina como "democrática y popular".
Durante la cuaresma cada viernes se realiza el via crucis y con el sexto llega una procesión única denominada "paso robado", que escenifica el momento en que los agustinos roban el paso en el templo de San Francisco.
"Eso generó controversia y disputas", afirma este profesor de Historia, al matizar que fue la intervención conciliadora de los Dominicos la que permitió un acuerdo entre agustinos y franciscanos para que se celebre hasta hoy esta tradición.
Los días grandes son Jueves y Viernes Santo, cuando en distintas procesiones se representan la negación del apóstol Pedro, el beso de Judas, la flagelación y coronación con espinas, Jesús ante Herodes, Jesús ante Pilatos, el calvario y la oración en el Huerto de los Olivos.
En la procesión del Santo Sepulcro se pasea por las calles de Mompox un féretro de nogal pintado de dorado y adornado con finos grabados que simbolizan desde el martirio de Jesús hasta su salvación, acompañado de la Virgen de la Soledad, una estatua cuyo rostro de plomo revela facciones españolas y data del siglo XVIII.
Además, los momposinos acuden estos días en masa al cementerio para visitar a sus muertos, con velas iluminan las tumbas que engalanan con flores y ofrecen a los difuntos una serenata que interpreta tristes y solemnes melodías.
Durante las marchas, centenares de fieles y turistas se agolpan a lado y lado de las estrechas callejuelas para contemplar las procesiones, en las que los nazarenos pagan lo que a lo largo de su vida han prometido.
Según Arquez Van-Strahlen, este fervor "obedece a la profunda influencia de la iglesia católica durante todo el proceso de colonización hispánica en América".
Mompox es un hermoso y bien conservado pueblo cuyo casco urbano cuenta con unos 22.000 habitantes; la arquitectura colonial está presente en sus grandes casonas y en sus siete iglesias, entre ellas, la de Santa Bárbara, que dispone de un balcón sobre una torre vigilada por cuatro cabezas de león.
Pese a ser un baluarte histórico de Colombia, Mompox está hoy más sobre la margen del olvido gubernamental, sin apenas vías de comunicación y escasos servicios básicos; su débil economía se basa en los cultivos de maíz, yuca, cítricos, tabaco y hortalizas, así como en la ganadería y la orfebrería.
Según Arquez Van-Strahlen, este pueblo "llegó a ser después de Cartagena de Indias la ciudad más importante en el Caribe colombiano y tal vez la tercera, después de Santa Fe, del Nuevo Reino de Granada".
La decadencia llegó con el cambio del curso del Magdalena y después de que este gran río dejara de ser una vía principal para el comercio en Colombia.
Mompox se encuentra además en una zona vulnerable a las inundaciones por las crecidas del Magdalena.
Tras superar una importante inundación el pasado diciembre, que por fortuna no afectó a su centro histórico, los momposinos celebran este año, como siempre, su Semana Santa con fervor y aroma español.