Aunque llegó tarde al profesionalismo, su aporte a la defensa de "Las Águilas Doradas" ha sido enorme. Hoy fungirá como volante de primera línea por disposición táctica del profesor Álvaro de Jesús Gómez, para enfrentar al Real Cartagena.
Andrés Felipe Correa Osorio es un verdadero muro. Su seguridad en la zaga del cuadro Dorado le ha servido para afianzarse como títular . “El profesor Álvaro de Jesús me ha brindado toda la confianza y yo no lo he defraudado”, comenta el defensor itagüiseño.
Pero para llegar allí, el zaguero ha tenido que soportar incomodidades, disgustos familiares y muchos desencantos.
“A mi padre Juan Manuel no le gustaba mucho que yo gastara mis energías y mi empeño en estas cuestiones del fútbol. Él, como oficial de la construcción, siempre me enseñó a trabajar muy duro en su oficio”, recuerda el segundo hijo entre cuatro hermanos de la familia Correa Osorio.
Pero Andrés Felipe le hacía una gambeta a su progenitor y “camuflaba” sus implementos deportivos en su tula de trabajo. “Un día me gané un disgusto enorme de él. Me puso a limpiar una obra que estábamos haciendo y cuando llegó no me encontró. Se armó la de “Troya” y casi me echa de la casa”, evoca el habitante del barrio San Gabriel de Itagüí.
Es uno de los canteranos de “Las Águilas Doradas”. “Yo me inicié en la Escuela 19 de abril, del profesor Darío Álvarez. Luego pasé a los equipos de Itagüí con el profe “Maravilla”. Más adelante jugué con Óscar González y Javier Arango”, rememora el bachiller del Liceo Concejo de Itagüí, en el barrio San Francisco.
Luego recala a los equipos de La Estrella. “Allí jugué varios vacacionales hasta que un día de 2009, Fabio Restrepo, utilero de Itagüí, me dijo que por qué no me probaba con el Itagüí. Lo hice un poco temeroso pues yo tenía 25 años, una familia conformada, un trabajo estable en Socoda, empresa de cocinas integrales, pero por fortuna quedé”, recuerda el esposo amoroso de Janeth Milena Escobar y padre de María Fernanda, quien el pasado 18 de septiembre cumplió sus 5 años de vida.
“Debuté como profesional el 22 de febrero del año pasado contra el Depor. Ese día ganamos 4 a 2”, y de eso han transcurrido casi dos años y más de 36 partidos como profesional del balón de fútbol.
Ahora, al zaguero itagüiseño la vida le sonríe. “Mi mujer está a punto de dar a luz y eso me pone muy feliz, porque voy a ser padre de un segundo niño. Su nacimiento está presupuestado para los primeros cinco días de este mes. Lo bautizaré con el nombre de Juan José”, concluye el defensor pieza fundamental del equipo del profesor Álvaro de Jesús Gómez, en esta primera temporada del cuadro Dorado en el torneo Finalización.
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