Habitantes de la vereda Granizal, en el municipio de Bello, están pidiendo garantías de vivienda y condiciones dignas tras la emergencia que los dejó sin hogar, muchas de estas familias aseguran sentirse desprotegidas.
La solicitud principal de la comunidad es la creación de una mesa de diálogo directa con la alcaldía para exponer sus necesidades.
Reclaman que algunas viviendas siguen inhabilitadas, sin servicios básicos como agua o energía, mientras otras quedaron completamente destruidas o fueron escenario de pérdidas humanas irreparables.
En medio de la incertidumbre, familias denuncian que se les ha pedido regresar a viviendas que aún presentan daños estructurales y no cuentan con condiciones mínimas de habitabilidad.
Desde la administración municipal, la respuesta apunta a mantener activo un alojamiento temporal, donde se brinda alimentación, atención psicosocial y acompañamiento en salud. Además, se adelantan trámites para entregar subsidios de arrendamiento.
La alcaldía insiste en que toda la institucionalidad está volcada para atender a los afectados.
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