Aunque ninguna de las viviendas afectadas por las lluvias debió ser evacuada o presenta algún tipo de riesgo, el agua acabó con todo, eso dice doña Martha quien vio cómo incluso la comida flotaba por toda su casa.
La lluvia no dio tiempo de nada. Fueron pocos los que lograron rescatar sus pertenencias, así que mientras llegan las ayudas que prometió la Alcaldía de este municipio, las familias se verán obligadas a vivir de la solidaridad.
En la zona también fue construido un comedor comunitario al que hoy todos acuden en busca de alimentos.
En total 30 viviendas compuestas por unos 57 núcleos familiares resultaron afectados tras las lluvias que se prolongaron por más de 40 minutos en el municipio.