Testimonios de paramilitares y desmovilizados ante la Fiscalia, y conocidos en los últimos días, indicaron que el número aproximado de víctimas de la masacre de Mapiripán, Meta, ocurrida en julio de 1997, fue de solo 10.
Durante el proceso de investigación, siempre se conoció que el número de personas asesinadas era mayor a 50 y que los cuerpos habían sido lanzados a un caudaloso río de la zona.
Diarios locales indicaron que al menos una mujer, Mariela Contretas, se hizo pasar por víctima al asegurar que su esposo y dos hijos murieron en aquella masacre, cuando su esposo había muerto antes y uno de sus hijos está vivo. Contreras recibió 1.751 millones de pesos.
El dinero entregado a las “falsas víctimas” asciende a los 5.200 millones de pesos.
Por esa masacre, el Estado colombiano fue condenado en 2005 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos que dispuso el pago de abultadas indemnizaciones.
El ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, calificó en la jornada de "sinvergüenzas" a quienes pudieron posar de víctimas.
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