Con pinceles en mano y la determinación como su mejor herramienta, 208 exhabitantes de calle culminaron su formación en pintura y acabados arquitectónicos, recibiendo sus diplomas en un emotivo acto que simboliza no solo el cierre de un capítulo, también el inicio de nuevos proyectos de vida.
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Esta iniciativa, desarrollada gracias a la articulación entre la Fundación Pintuco y entidades públicas, permitió que estos valientes participantes destinaran 128 horas a sesiones teóricas con prácticas en espacios como Centro Día, el corregimiento de Santa Elena y el municipio de Barbosa
Con iniciativas como estas, la esperanza se pinta en cada rincón de la ciudad. Hoy, 208 historias se escriben con nuevos colores y cada brochazo representa un paso hacia la inclusión y la superación.
