En el siglo 16, una indígena que se ganaba la vida lavando ropa, y quien se caracterizaba por su bondad, regaló por caridad su dinero ahorrado que tenía destinado para comprar un cristo, pero una ola del río Buga le dejó, mientras lavaba ropa, un pequeño cristo de madera, al cual le hizo un pequeño altar en su choza.
Con el tiempo, este pequeño Cristo creció y se deterioraba cuando curiosos lo iban a visitar, por lo que fue quemado, pero las llamas lo transformaron en un cristo más bonito, por lo que se le construyó un templo, y varios siglos después, atrae a esta localidad ubicada al norte de Cali casi tres millones de feligreses anualmente.
Como protagonista de una anécdota que mezcla historia y leyenda, el Milagroso de Buga fue testigo este martes 1 de diciembre de la llegada de la etapa más larga del Clásico RCN, que tuvo un recorrido de 196 kilómetros, con salida en el Parque Simón Bolívar de Ibagué, subiendo al Alto de la Línea, y finalizando en uno de los lugares más religiosos del país y del mundo.
Óscar Quiróz, con un tiempo de 5 horas 10 minutos y 13 segundos fue el ganador de la fracción, tras ser el más rápido en una etapa que tuvo lluvia, frío, vientos, calor, humedad, ascensos, descensos y múltiples embalajes .
Con este importante triunfo de etapa, el nariñense también le arrebató a Óscar Sevilla el liderato de la clasificación general por un segundo, con un total de 9 horas y 48 segundos, y será el nuevo portador de la camiseta amarilla.
Quiroz portará la camiseta que lo acredita como líder este miércoles 2 de diciembre en la cuarta etapa de la competencia, que tendrá salida en Buga con llegada a Santa Rosa de Cabal, luego de un recorrido de 152.4 kilómetros.