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Con la sonrisa en el rostro y acompañados de sus padres, los mil 166 alumnos del Colegio Pedro Octavio Amado volvieron a clases. Para Claudia Ríos, madre de familia, la zozobra en Altavista empezó a desaparecer.
En los alrededores de la institución educativa también se siente el cambio, la cancha volvió a estar llena y don Jairo, otra vez, volvió a vender dulces y colaciones a los estudiantes.
El patrullero Diego Osorio de la Policía de Infancia y Adolescencia, invitó a los habitantes del corregimiento a reencontrarse con la familia, escuchar a los hijos y a abrazarlos como él lo hace con cada habitante de esta zona rural de Medellín.
Para Altavista, desde la Alcaldía se adelanta un plan de intervención especial que entraría en vigencia la próxima semana. El objetivo es replicar las experiencias de lo hecho en Castilla donde sus habitantes se apropiaron del territorio para ganárselo a los violentos.
