El pasado 20 de junio finalizó un nuevo periodo legislativo y con él una serie de debates que no escaparon de las polémicas. Entre ellas la modalidad en la que debían legislar los parlamentarios, pues por cuenta de la pandemia se dificultó que se reunieran en plenarias presenciales. Trasladar los debates por primera vez a la virtualidad tras 208 años de historia generó voces a favor y en contra.
Algunos congresistas antioqueños calificaron como positivo el periodo legislativo, en especial por las iniciativas que benefician al departamento como la aprobación del proyecto de ley para la ampliación de la emisión de la estampilla Prouniversidad, que posibilita más recursos para la Universidad de Antioquia.
Otros legisladores de la región, por su parte, no ven con buenos ojos la gestión del Congreso. Argumentan que Senado y Cámara aún tienen una deuda pendiente que no han podido librar con las regiones más apartadas.
Uno de los proyectos más sonados durante la legislatura que finalizó fue la aprobación de la reforma constitucional que permitió la cadena perpetua para violadores de niños, iniciativa que tuvo participación antioqueña.