La noche del Jueves Santo en Medellín se transformó en un recorrido de fe, arte y tradición durante la emblemática noche de monumentos.
Las iglesias de la ciudad abrieron sus puertas para ofrecer a los feligreses experiencias sensoriales que avivaron la espiritualidad y el sentido comunitario.
En la Parroquia Nuestra Señora del Sufragio, ubicada en el Parque de Boston, los asistentes fueron recibidos por una instalación conmovedora. Un corazón de Jesús iluminado y palpitante, acompañado de una fuente de agua y luces que simbolizaban la vida y la esperanza. Este montaje permitió a los fieles una conexión profunda con su fe.
La Catedral Basílica Metropolitana, con su imponente arquitectura, ofreció un diseño cargado de elegancia. Los dorados y la representación de la Última Cena permitieron a los asistentes apreciar una de las imágenes más icónicas de la Semana Santa, en un ambiente de solemnidad y reflexión.
En Manrique, la Parroquia El Señor de las Misericordias se iluminó con tonos rojos que resaltaban su arquitectura neogótica. Este diseño, junto con la iluminación, ofreció a los feligreses una cercanía especial con la divinidad, en un entorno que conjugaba historia y espiritualidad.
Finalmente, la Iglesia del Calvario en Campo Valdés sorprendió con un monumento interactivo que incorporaba agua y resaltaba algunos de los capítulos más significativos de la Biblia. Esta experiencia permitió a los asistentes vivir la fe de una manera innovadora y participativa.
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