El turismo de masas es uno de los factores que más preocupan a los habitantes de muchos lugares alrededor del mundo, al punto de desplazar a los habitantes del lugar.
Este es el caso de Portofino, un pueblo pequeño y colorido en la rivera italiana. El lugar es un atractivo turístico para miles de personas que visitan las costas europeos por lo cual la cantidad de personas que llegan al día impedían el tránsito de los locales.
El pueblo al ser tan pequeño, y estar ubicado en una costa empinada, hace que las personas que están allí confluyan en los mismos lugares.
Es por eso que la administración local, decidió prohibir la entrada de turistas a ciertos lugares públicos del pueblo. Con multas de hasta 275 dólares a quienes se detengan en estos lugares, incluyendo playas y plazas.
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