Oiga bien: la higiene del oído es muy importante, pero existe un grave problema, la mayoría de personas no saben cómo limpiarlo. Según Álvaro Hincapié Quintero, otorrinolaringólogo de la Universidad de Antioquia, la gente usa de todo para limpiarse el oído: copitos, ganchos, palillos, llaves, clips, lapiceros, las patas de las gafas, ha habido casos en urgencias de pacientes con tornillos incrustados. Explica Hincapié que los oídos, distinto de las orejas, no deben limpiarse, pues el cerumen que producen es la sustancia que ayuda a su limpieza natural y lubricación.
Una higiene inadecuada del oído puede causar infecciones y problemas auditivos. El problema de utilizar objetos para intentar sacar la cera del oído es que puede suceder todo lo contrario a lo deseado: tapones de cera.
En esos casos, se requiere atención especializada para retirarlos sin causar lesiones al órgano. Pero el riesgo, incluso con instrumental médico, sigue siendo alto.
La otorrinolaringóloga Luz Nelly Tobar, docente de las universidades del Rosario y la Sabana en Bogotá, explica que únicamente se debe limpiar el pabellón auricular con una toalla sin introducirla dentro del oído.
Solo si el paciente, advierte la profesional, produce cera en exceso puede utilizar una o dos gotas de aceite mineral o glicerina al mes. Y en caso de necesitar gotas óticas no automedicarse sino visitar al especialista y seguir sus recomendaciones.
Según los expertos, la higiene también incluye al sonido, debido a que algunas personas están expuestas a ruidos muy fuertes que pueden traer consecuencias negativas en la capacidad auditiva, en especial en los jóvenes, quienes escuchan música a muy alto volumen.
Las personas que trabajan en lugares con mucha contaminación de ruido deben tener precauciones para evitar molestias utilizando doble protección, tapones y orejeras. Un oído sano es siempre un obsequio y uno enfermo, sobre todo cuando es provocado por malas prácticas, es un castigo. ¿Oyó?
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