La ovación no solamente fueron para los 540 silleteros que desfilaron por las calles de Medellín, héroes vestidos de uniforme naranja también se llevaron los aplausos de los miles de asistentes que agradecieron su labor.
Y si, hablamos de los que cariñosamente les llamamos escobitas, que sin importar las adversidades del clima, recorrieron los 2.8 kilómetros del Desfile de Silleteros con escoba en mano, recogedor y bolsas limpiando lo que dejaba a su paso el recorrido.
Los aplausos se convirtieron en la voz de aliento para los operarios de barrido, que sin importar las largas horas de trabajo, y los kilómetros de recorridos, cumplen con mantener a Medellín como una tacita de plata.