En Medellín hay un equipo de fútbol de sacerdotes. Un onceno que se reúne todos los miércoles en las canchas de la UPB para entrenar con la ayuda de Dios, en busca del sueño de ganar la Copa de la Fe, que se disputa en Armenia, Quindío.
Aunque pocos saben que existe, el equipo de la Arquidiócesis de Medellín tiene más de 20 años de historia, un conjunto santificado por el buen toque de pelota, bendecido con una defensa divina y un arquero salvador.
Tan comprometido con esta buena causa que incluso algunos de sus jugadores entrenan juntos desde el seminario.
Este año, el cuadro de la capital antioqueña no espera milagros, cree más bien en los ídolos terrenales como, el padre Yesid, quien es el encargado de los goles y de las risas.
En el medio campo, está el padre Johan Sebastián, es el volante 10 y aunque su gambeta, por obvias razones, no puede ser “endiablada”, si le ha sacado varios Ave Marías al rival.
Cómo el equipo de Medellín tiene por estos días al Espíritu Santo a préstamo sin opción de compra en el Vaticano, previo al cónclave, aprovecha para darse una que otra licencia pecaminosa en la cancha.
Lo cierto, es que entre el 8 y el 12 de septiembre Dios tendrá por fin que definir a qué equipo le hace fuerza, porque en la Copa de la Fe se lucha por el título de campeón, es decir, aquí no se podrá aplicar el dicho que dice que el que peca y reza, empata.}
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