Luego de más de un mes de estar suspendidos los trabajos se retomaron pero de manera diferente, ahora los obreros deben cumplir con estrictos protocolos que garanticen su salud y la de los demás.
En las obras fueron instaladas cabinas de desinfección, a cada empleado se le toma la temperatura y se le hace seguimiento a su salud, se le entrega bolsas para que guarde su ropa al inicio y al final de la jornada y en los puestos de trabajo fueron instalados espacios para el lavado de manos cada dos horas.
En las calles a los empleados se les prohibió el ingreso a los hogares de los usuarios, además tanto en el punto de trabajo como en las calles deben mantener una distancia de por lo menos dos metros.
La idea es lograr la reactivación de las obras garantizando la protección de los trabajadores y más ahora cuando más de 2 millones de personas se encuentran en sus casos cumpliendo la orden de aislamiento obligatorio nacional por cuenta del COVID-19 y que tanto la economía como el empleo han resultado afectados.