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La mayoría de los soldados mutilados están a la espera de que les definan su situación para poderse ir a la casa y recibir la pensión.
"Entramos en combate a las 3:15 p.m. y quince minutos después pisé la mina, yo pensé que me habían matado. A los dos segundos reaccioné aturdido y sentí un dolor impresionante, empecé a sentir que me estaba muriendo, que no iba a poder conocer a mi hija”, describe el soldado profesional, Alberto Moreno, el instante en que una mina antipersona le amputó el pie izquierdo el pasado 17 de junio de 2010.
Cuenta el soldado Moreno, que se estaba desangrando, con hipotermia porque estaba lloviendo.
“Durante tres horas me tocó aguantarme el dolor, el soldado paramédico no podía hacer mucho, era la primera vez que se enfrentaba a una amputación tan grande”, precisó.
Tres horas después del accidente, un helicóptero lo recogió y lo trajo hasta Medellín donde inició su proceso de recuperación.
La familia del soldado apenas está asimilando el accidente, aunque él afirma que desde que entró como soldado profesional, sabía que se enfrentaba a eso o a la muerte.
Confiesa que nunca pensó que eso le fuera a pasar y que mientras estuvo allá tirado, le rogaba a Dios que lo dejara con vida para poder conocer a su hija.
Como Alberto Moreno, otros 72 soldados recibieron de manos del comandante de la Séptima División del Ejército, general Hernán Giraldo prótesis de alta tecnología.
“Con esto demostramos que la sociedad colombiana los está rodeando y que desde el Comando de Ejército y las Fuerzas Militares tenemos las mejores opciones de recuperación para nuestros soldados, a través de tratamientos especiales”, aseguró el General.
Durante la entrega de las prótesis el general Giraldo, dijo que se requería de la comunidad internacional y de las autoridades judiciales colombianas para hacer una campaña en Ituango y su zona de influencia para judicializar a todos aquellos que están colocando las minas, que están poniendo en riesgo la vida de la población civil y que van en contravía del Derecho Internacional Humanitario.
Héroe Camina
La Fundación Héroe Camina tiene la misión de reintegrar a la vida civil a los soldados que han sido entrenados por el Ejército para la guerra y que han sido heridos en combate.
Lo hacen a través de cuatro programas: salud, con alianzas en Estados Unidos para la rehabilitación de los heridos de alta complejidad; salud mental, asistencia sicológica y siquiátrica; educativo, cien soldados estudiando primaria, bachillerato en alianza con la fundación Mi Sangre, y estudios de tipo universitario a través de otras fundaciones; y un programa de vivienda en una alianza con el Gobierno Nacional, Municipal y Departamental, lo que ha permitido la ubicación de cincuenta soldados en casas propias y en la actualidad se trabaja en la ejecución de otras cincuenta viviendas.
Finalmente, a algunos les consiguen un trabajo para una reintegración integral a la vida civil.
Alianza con El Mundo
