7.641 días pasaron para que la familia Giraldo Berrío pudiera de nuevo tener certeza del paradero de su abuelo. Un campesino avezado en el cultivo del café, la caña de azúcar, Yuca y plátano. Hace 21 años, su rastro se perdió entre los cafetales, pues hombres armados entraron a su finca y se lo llevaron, sin la posibilidad de despedirse.
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Dos décadas después, el cementerio Universal de Medellín fue el lugar donde por fin pudieron tener certeza de su paradero.
“Pido que el nombre de papá, así como públicamente dijeron que él era guerrillero que había sido muerto en combate, por favor, que públicamente desmientan que él no era ningún guerrillero”, exclamó Diana Giraldo, hija de Juan Rafael.
Más de 30 integrantes de la familia se reunieron para darle un último adiós, palabras que ni siquiera su nieta Maribel había podido pronunciar, pues fue ella quien presenció su desaparición cuando apenas tenía 13.
La investigación ubicó su cuerpo en el cementerio de Cocorná, donde ingresó como cuerpo no identificado.
“Hicimos una concentración en los cementerios del Oriente antioqueño, territorio que fue absolutamente afectado por el conflicto y que ahora desde las labores técnicos y científicas en compañía de las familias hemos podido intervenir de una manera muy sistemática”, indicó Luz Janeth Forero, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas.
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La intervención forense en el cementerio de Cocorná hace parte del Plan Regional de Búsqueda del Oriente Antioqueño, que recopiló testimonios e información documental clave.
Luego de 21 años entregan cuerpo de abuelo desaparecido en el Oriente antioqueño
