Entre la vida y la muerte está Nikolas Cruz, el joven que a sus 19 años entró a disparar a un colegio de Parkland, Florida.
El hecho sucedió en el 2018, cuando Nikolas ingresó al colegio Marjory Stoneman, del que había sido expulsado y comenzó a disparar intempestivamente, matando a 14 estudiantes, tres empleados y dejando a otras 17 personas heridas.
El juicio está en la recta final y mientras tanto la fiscalía de los Estados Unidos y la defensa de Cruz, hacen un pulso jurídico.
La abogada de Cruz está intentando convencer al jurado de que sea respetada la vida del joven. Afirma que debido a que este sufrió una infancia muy violenta, sufrió abusos sexuales y que incluso, tiene un trastorno alcohólico fetal, pues su madre ingirió excesivas cantidades de licor durante la gestación de Nikolas, lo que pudo causarle un daño cerebral.
Por otra parte, la fiscalía alega que Cruz era tan consciente de lo que hacía que tres días antes de la masacre había publicado un video donde decía lo que iba a hacer y el día de los hecho lleva municiones extras para cargar el fúsil con el que cometió los 17 homicidios.
En pocos días se definirá el futuro de Nikolas Cruz, pero mientras tanto, el debate sobre el porte legal de armas en este país parece no tener fin mientras sigue cobrando incontables vidas.
Nikolas Cruz: Entre pena de muerte y cadena perpetua
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