Don Rafael lleva 22 años recorriendo las calles de Villa Hermosa con sus famosas solteritas, una tradición que aún se conserva y que se concentra en el parque principal del barrio.
Así como Don Rafael, son muchas las personas que han encontrado en este parque una forma de progresar; aunque según Doña Dora las ventas han bajado por la llegada de nuevos vendedores, dice que no se imagina vendiendo algo diferente a sus paletas.
Por otro lado, las famosas empanadas de iglesia le han dado a Doña Alba la posibilidad de conseguir el sustento diario para su familia, así que sonriendo y con la mejor actitud sale a venderlas, siempre con una gran compañía.
En medio de modernas calles, edificios y la imponente iglesia de la Sagrada Familia, estos comerciantes seguirán ofreciendo lo mejor de la tradición paisa, tanto a sus vecinos como a visitantes.