Empresas de transporte público del Valle de Aburrá se están quedando sin conductores, señalan que las nuevas generaciones ya no consideran ser conductores de bus, lo que tiene en riesgo a futuro el cambio generacional del personal.
Los altos costos en la adquisición de las licencias, las extensas jornadas de trabajo, la congestión vehicular, el crecimiento de las plataformas de transporte, ha llevado a que las personas, especialmente jóvenes, no deseen conducir bus.
Para las empresas de transporte público del Valle de Aburrá, esta situación ha originado un déficit de empleados a las cerca de 36 compañías de buses.
Es decir, en Medellín faltan unos 600 conductores para suplir la necesidad de la demanda. La mayor dificultad la viven aquellas empresas que cubren las comunas nororiental y noroccidental de la ciudad.
En las calles, los conductores coinciden en que las empresas deben crear un horario escalonado de trabajo.
Para incentivar a los conductores, las compañías de transporte público, han buscado en mejorar los salarios de los empleados y facilitarles que puedan estudiar.
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