Un SOS lanzaron las empresas textileras paisas que para poder salir de la crisis generada por el coronavirus se dedicaron a elaborar tapabocas, los cuales hoy casi nadie quiere comprar en el mercado, pues la mayoría de personas y empresarios exigen que sean termosellados.
Una vez llegó la hora de cerrar y parar la producción, la principal preocupación para la empresaria Viviana Monsalve, fue mantener los puestos de trabajo de sus más de 100 empleados, por eso no tardó en buscar alternativas y aprovechando que en su fábrica había máquina textil, comenzó a incursionar en la producción de tapabocas, los cuales, por esos días, comenzaban a escasear.
Sin embargo, la emoción que genera comenzar nuevos proyectos se vio frenada por los múltiples obstáculos con los que se encontraron al llevar su producto al mercado, pues a pesar de que cuentan con registro Invima, los empresarios y las personas les exigen que sean termosellados.
"Comenzamos haciendo una inversión propia, con qué fin, con el fin de no despedir al personal. Esto se fue saliendo un poco de las manos porque cada vez que generamos una oferta comercial nos requerían el tapabocas termosellado y el tapabocas termosellados está escaso y a la final se necesitaría importar, por lo que llegaría mucho más costoso a nuestro país" expresó Viviana Monsalve, empresaria.
Según este lineamiento del Ministerio de Salud entre las condiciones mínimas que deben cumplir estos dispositivos se encuentra que estos tengan tres capas y estar hechos en tela no tejida polipropileno, condiciones que según empresaria cumple su producto, por lo que hace un llamado para incentivar la compra local.
En el mercado, un tapabocas termosellado puede adquirirse a un costo de 1.400 pesos, mientras que el tapabocas confeccionado por textileros paisas puede valer alrededor de 1.200 pesos.