Esteban Buriticá, este joven emprendedor de 27 años, lleva cuatro años dedicado a su marca personal de camisetas y accesorios. Su sueño más grande siempre ha sido ayudar a la gente y ahora lo está haciendo realidad pues son muchas las personas necesitadas como consecuencia de la pandemia.
De inmediato madre e hijo se pusieron manos a la obra y desde hace una semana adecuaron la sala de su casa para producir tapabocas. Un mensaje que ya ha comenzado a tocar el corazón de otras personas que, según Esteban, se han vinculado con donaciones.
Una vez la producción alcance los mil tapabocas, estos elementos protectores comenzarán a ser donados a pacientes con cáncer en fundaciones, especialmente a niños, así como a clínicas y hospitales de la ciudad.