Río de Janeiro, 7 dic (EFE).- El velatorio del arquitecto Óscar Niemeyer, fallecido la noche del miércoles a los 104 años de edad, fue abierto al público esta mañana para que los habitantes de Río de Janeiro, la ciudad que le vio nacer, den su último adiós al maestro de la curva.
El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, ha dispuesto el Palacio da Cidade para que los habitantes de la urbe se despidan de los restos mortales de Niemeyer, tras la celebración de una ceremonia de carácter íntimo a la que han asistido seres próximos al arquitecto.
El féretro de Niemeyer fue recibido ayer con honores en Brasilia, la capital del país que el propio arquitecto proyectó junto al urbanista Lucio Costa.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, decretó luto oficial de siete días por el fallecimiento, una medida que también fue adoptada por en su ciudad natal, pero restringida a tres días.
Niemeyer será sepultado esta misma tarde en un acto reservado para sus familiares y amigos más cercanos en el cementerio de Sao Joao Batista, en el barrio de Botafogo.
El arquitecto falleció la noche del miércoles a causa de una infección respiratoria tras permanecer 33 días internado en el Hospital Samaritano de la capital fluminense.
Calificado estos días de "revolucionario" y "genio" por destacadas personalidades del mundo y la cultura, Niemeyer trabajó hasta casi el final de sus días, y próximo 15 de diciembre hubiera cumplido 105 años.
Devoto de la curva, el arquitecto despreciaba la línea recta por considerarla una creación artificial que no existe en la naturaleza.