El papa Francisco, número 266 en la historia de la Iglesia católica, ha sido uno de los pontífices más revolucionarios. Su liderazgo imprimió un aire renovador al pontificado, sacudiendo estructuras tradicionales y promoviendo una Iglesia más cercana a los fieles. Se destacó por su compromiso con las comunidades más vulnerables y por enviar constantes mensajes de amor, con un fuerte llamado a la unidad y al respeto por las diferencias.
El 13 de marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, fue elegido el primer papa latinoamericano, quien marcaría un antes y un después en la historia de la Iglesia católica. Conocido por su estilo austero, renunció a los lujos papales, criticó abiertamente la indiferencia frente a la pobreza y adoptó un tono más empático frente a temas como la homosexualidad y el papel de la mujer en la Iglesia. Estas posturas lo convirtieron en uno de los sumos pontífices más cercanos a los creyentes.
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“Hacer un recorrido por el pontificado del papá Francisco sería un valor tras otro valor, pero yo creo que recuperar esa idea del amor, del perdón y de la unidad recogían todo lo que el papa nos ha ofrecido a lo largo de este cuantificado”, comentó el sacerdote Leonardo Martínez García, párroco de la Catedral Metropolitana de Medellín.
El papa Francisco, además de impulsar reformas clave como la creación de comisiones para la protección de menores, promovió cambios significativos en la estructura administrativa de la Curia Romana. Asimismo, fomentó la paz y el diálogo interreligioso, dejando huella con gestos históricos que reflejaron el carácter humano y moral que siempre lo distinguió.
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“Su amor entrañable por los desprotegidos y por los pobres es una evidencia, la invitación a no quedar encerrados circunscritos en las sacristías como él mismo lo decía, sino ir a buscar al hermano necesitado una iglesia”, añadió el sacerdote.
Jorge Mario Bergoglio llegó al papad o a sus 76 años en un momento donde la imagen de la Iglesia se encontraba transgredida por escándalos de corrupción, conflictos internos y homosexualidad. A través de su liderazgo, la forma en que acercó el evangelio a la vida cotidiana, transformó la forma en que la Iglesia se relaciona con los fieles y el mundo y mostró que la verdadera fuerza de la fe está en el amor puesto en práctica.