Buenos Aires, 20 mar (EFE).- La parroquia San Carlos Borromeo y basílica de María Auxiliadora, en Buenos Aires, era ya famosa por contar entre sus feligreses a Carlos Gardel y al beato aborigen Ceferino Namuncurá, pero ese detalle ha quedado superado por este otro: aquí es donde el Papa Francisco nació a la fe.
En esta reliquia arquitectónica del barrio porteño de Almagro, como muchos otros descendientes de inmigrantes italianos fue bautizado el día Navidad de 1936 Jorge Mario Bergoglio, quien muchos años después se convertiría en arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina.
"Aquí fue bautizado, aquí se puede decir que nació a la fe", dijo a Efe el párroco de la basílica, el sacerdote salesiano José Repovz, que abre las puertas del baptisterio donde el hoy papa Francisco recibió el sacramento que marcó el inicio de su vida en el espíritu.
Quiso la casualidad que Bergoglio, un amante del tango, se bautizara en la misma iglesia en la que, a principios del siglo XX, cantó un Carlos Gardel niño como parte de un coro, tal como se recuerda en una placa.
Fue allí donde también tomó su primera comunión en 1898 Ceferino Namuncurá, conocido como el "indio santo de la Patagonia" y cuyo altar en este templo fue bendecido por el ahora Papa en 2007.
Desde la elección de Bergoglio en el cónclave, los feligreses pasan a este sitio casi íntimo de la basílica para hacer un gesto significativo: tocar la pila donde fue bautizado el Santo Padre.
No es un gesto al azar. El propio cardenal hacía este "rito personal", en privado, en sus frecuentes visitas a la iglesia hasta que viajó al Vaticano hace unas semanas.
Hace pocos años, cuando se cumplieron los 70 de su bautismo, la iglesia colocó en el baptisterio un pequeño cuadro con la copia del acta del libro parroquial que registra la administración del sacramento.
Allí se puede leer que Jorge Mario, hijo de Mario Bergoglio y Regina Sívori, apadrinado por Francisco Sívori y Rosa Vassallo de Bergoglio, fue bautizado por el padre salesiano Enrique Pozzoli, que luego sería su director espiritual.
Bergoglio fue además alumno de sexto grado de la escuela Don Bosco, de la localidad bonaerense Ramos Mejía, atendida por los salesianos, congregación cuyo fundador, san Juan Bosco, bendijo en persona la imagen de María Auxiliadora -patrona de la orden religiosa- que se venera en la parroquia donde fue bautizado el Papa.
De ahí, la devoción particular de Bergoglio por esta advocación mariana, a la que honraba cada 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora, presidiendo la celebración patronal en Almagro.
Pero el ahora Sumo Pontífice no solo tenía esta cita anual con la Virgen. Cada tanto, siempre en privado, se hacía una escapada en metro o en ómnibus hasta el templo para "charlar a solas" con la Auxiliadora.
Cuenta el padre Repovz que Bergoglio aparecía en horas no frecuentadas por los feligreses, subía al camarín en lo alto de esta imponente iglesia, se ubicaba en un banco que prácticamente queda oculto detrás de una columna y allí, a los pies de la imagen de la Auxiliadora bendecida por san Juan Bosco, se quedaba orando largo rato.
"Tiene un afecto especial por la Auxiliadora", contó el párroco, que reveló que Bergoglio visitaba Almagro "frecuentemente" no solo por la basílica sino también por la cercana capilla de San Antonio, donde en 1908 nació, gracias al también sacerdote salesiano Lorenzo Massa, lo que hoy es el club de San Lorenzo de Almagro, equipo de fútbol del que es socio el Papa.
Fue el propio Bergoglio el que en la celebración del centenario del club pidió a las autoridades no sacar "nunca" a la Auxiliadora de la institución, cuyos colores azul y rojo, fueron tomados del manto de la Virgen.
"Bergoglio tiene este estilo tan sencillo y a la vez tan agudo de predicación que la gente siempre abarrotaba la parroquia cada vez que venía. Así también se llenó espontáneamente el día de su elección como Papa. La alegría entre la gente por haberlo conocido es enorme", sostuvo Repovz.