Con cuidado, amor y dedicación, Jairo Castrillón, toca todos los días este instrumento, un gran órgano romántico alemán, una de las joyas de la iglesia de San José, del Centro de Medellín.
Tocar música católica y acompañar la liturgia es para Jairo una pasión, tanto que, a su juicio, su instrumento más que físico es celestial.
El respeto por el órgano y su música es tan especial, que Jairo toca los pedales de su instrumento sin zapatos y tiene un detalle especial al entonar sus melodías porque sabe que son para Dios.