Cuando cae la noche y la hora pico llega a su fin, los trenes del sistema Metro emprenden su retorno hasta los talleres en Bello.
Acto seguido, personal experto se dispone para iniciar su labor: garantizar la calidad del servicio en un trabajo detrás de escena del que pocos son testigos. Durante esta actividad, el Metro se detiene por 6 horas.
“Hay un grupo que se encarga de mantener la vía férrea, otro que se encarga de mantener la catenaria, otro que se encarga de mantener la señalización del sistema y otros nos encargamos de los vehículos ferroviarios”, explicó Jhon Farley Zapata, jefe (e) del Área de Trenes del Metro de Medellín.
El Metro puede transportar al día, en promedio, 1 millón 400 mil viajeros. Solo un tren puede recorrer 4.000 kilómetros al día, cuando su operación completa las 18 horas. Sin duda, un rodaje de este tipo requiere, cuanto menos, un exhaustivo y riguroso programa de mantenimiento.
“Cada tren que ingresa al sistema o al taller, fuera de que se le hacen unas inspecciones a todo lo que es el sistema de frenos, toda la parte estructural, todos los sistemas de seguridad, todos los sistemas de mando y control, se le hace una lista de chequeo y hay un plan de mantenimiento”, agregó Zapata.
Pero las labores no se hacen únicamente con los trenes en los talleres. Cada noche, personal de la empresa sale a recorrer la vía férrea para revisar las condiciones del suelo, los rieles y la catenaria. Estos trabajos comienzan a las 11:30 de la noche.
Han sido casi dos décadas de una evolución de un transporte que hoy es de orgullo para Antioquia y el país. Recientemente, terminó la modernización de 126 coches, un proyecto de 5 años de duración que se hizo con mano de obra local.
Este es el rostro que casi nadie conoce, un metro que no descansa y que durante 24 horas y los 365 días años, mueve 312 millones de personas, no solo en las líneas A y B, sino también en los cuatro metrocables y el tranvía de Ayacucho.
Visite además: