Ginebra, 10 dic (EFE).- El líder histórico de los indígenas de la Amazonía brasileña, Raoni Metuktire, solicitó hoy a Naciones Unidas y a la comunidad internacional que presionen al gobierno de Dilma Roussef para que revise los proyectos de desarrollo industrial en el Pulmón del Planeta y que, sobre todo, preserve los derechos de los pueblos autóctonos.
Conocido internacionalmente en 1989, cuando hizo una gira mundial junto al cantante británico Sting para dar la voz de alarma sobre la explotación de la Amazonía, Raoni, que tiene unos 80 años, ha vuelto a Europa para pedir de nuevo que el mundo no abandone a su tierra ni a su pueblo.
"Sólo pido que los blancos respeten a los indígenas como los indígenas respetan a los blancos. Y respetarnos significa respetar nuestras tierras ancestrales", señaló el cacique en una rueda de prensa en Ginebra, horas antes de reunirse con la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
Para Raoni y su pueblo, los Kayapos, el gobierno brasileño "no está defendiendo a los indígenas", algo que, según ellos se concreta en "el debilitamiento de la FUNAI (Fundación Nacional del Indio), la aprobación de proyectos de infraestructura en el centro de la Amazonía sin su consentimiento, y en no hacer respetar las tierras ancestrales".
Conscientes de su vulnerabilidad y de los poderosos intereses a los que se enfrentan, los indígenas anunciaron que, como medida concreta y en aras a "defender a sus familias y a los lugares donde están enterrados nuestros antepasados" construirán un pueblo en una zona que les pertenece por historia pero que no está señalizado como tal.
Para ello, solicitaron ayuda y financiación internacional.
El área se llama Pukabana, en el Estado de Mato Grosso, y aunque es considerada tierra ancestral indígena nunca fue así establecido por el gobierno brasileño y por ello, varios grupos de ganaderos la están deforestando para que su ganado paste.
Raoni y sus acompañantes, el cacique kayapo Megaron Txucarramae y el futuro cacique kayapo Bemoro Metuktire, pidieron también al Gobierno brasileño que reconsidere la aprobación de la construcción de las presas hidroeléctricas de Belo Monte y Teles Pires.
"Nunca nos consultaron y afectará directamente a nuestro hábitat y a nuestra manera de vivir", concluyó Raoni.
