Miami, (EFE). La delegación del Gobierno de Colombia en las conversaciones de paz con las Farc aseguró este viernes que los negociadores tienen la "certeza" de que están ante una oportunidad real de acabar con el conflicto en el país andino.
En un foro con empresarios colombianos celebrado en Miami, el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto De la Calle Lombana, afirmó que tienen la convicción de que "hay una oportunidad real de poner fin al conflicto armado en Colombia a través del diálogo".
De la Calle advirtió, no obstante, que sus palabras no son un pronóstico de que las conversaciones que comenzaron en 2012 en La Habana vayan a terminar de manera "exitosa", porque es un trabajo que entraña "enormes dificultades".
En el evento con los empresarios, organizado por la Cámara de Comercio Colombo-Americana en Miami, el jefe negociador reiteró que hoy "como nunca antes" hay esa oportunidad, basada en los meses que han estado en la Mesa de negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y también en factores internacionales.
"Hay una convicción en Latinoamérica de que la lucha armada ha terminado, que no tiene un papel que jugar en la subregión", explicó el exvicepresidente De la Calle.
En el mismo sentido, se refirió el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Carlos Villegas, quien señaló que la Colombia que ahora busca la paz es diferente a la de las décadas de los setenta u ochenta.
"Lo que llevó en su momento a la toma de las armas ya no se justifica", explicó Villegas al asegurar que "el país necesita solucionar el conflicto para ser un país desarrollado, no para vengar el pasado".
El negociador enfatizó que el actual proceso de paz emprendido por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, es totalmente diferente a otros del pasado. Además de mencionar que no se iba a permitir que se volvieran a dar errores del pasado, como realizarlo en el país y decretar los "ceses de fuegos provisionales", expresó que lo básico es no repetir la experiencia de otros procesos de paz en los que el fin del conflicto iba a estar sujeto a la "auditoría de la guerrilla".