Carlos Builes, más conocido como DJ Rudeboy, es hoy uno de los nombres más reconocidos en la escena urbana de Medellín. Pero su historia no comenzó en una cabina de mezclas ni en un escenario gigante, sino cargando cables, soñando con ritmos y creyendo —contra todo pronóstico— que vivir de la música sí era posible.
2004: la música se convierte en propósito
A los 15 años, en el 2004, Carlos, antes de ser Rudeboy, empezó a trabajar con una miniteca que realizaba eventos en el occidente de Medellín. Su rol era claro: cargar cables, montar sonido, recoger después de cada fiesta. Pero mientras lo hacía, observaba. Y mientras observaba, aprendía.
En 2006 llegó su primera oportunidad frente al público: una fiesta en Guayabal le dio la chance de probar su talento, y con eso empezó todo. Demostró con su poca experiencia que tenía todo para dar.
2007: Estados Unidos, una casualidad que marcó su historia
La vida le dio un giro inesperado en 2007 cuando viajó a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades. Estando allá, se cruzó con uno de los nombres más importantes del género: Alex Sensation. El DJ que abría a Sensation en un evento del restaurante colombiano donde trabajaba no llegó, y Carlos, sin timidez alguna, se lanzó con un “yo sé tocar” y le dieron la oportunidad de abrir. Esa noche no solo se ganó un lugar en la tarima, también entabló una conversación con Sensation que hoy en día es sorprendente, pues le presentó la música de un joven emergente de Colombia que nadie conocía en ese momento: J Balvin.
2011: su casa como escenario
En el año 2011, su pasión por la música y su cercanía con los artistas lo llevaron a abrirle las puertas de su casa a un videoclip de Pipe Calderón. El video se grabó allí mismo: en su edificio, en su terraza, mostrando la vista de Medellín como fondo y a sus fieles mascotas Chacha y Lola como parte del elenco.
Un detalle que parece pequeño, pero que confirma lo que ha sido su carrera: la música es su vida, y su vida siempre ha estado abierta a la música.
El regreso a Medellín: Mr. Cocktails, Bling Bling y los inicios de Provenza
Luego de esa etapa, regresó a Medellín con más impulso. Trabajó en lugares icónicos como Mr. Cocktails Bling Bling, donde se reunían los jóvenes de la ciudad que empezaban a enamorarse del reguetón.
En ese momento, Provenza aún no era lo que es hoy, pero él decidió apostarle. Fue el primer DJ del lugar 15 minutos de Fama, un espacio alternativo, urbano, juvenil, donde comenzó a sembrar su nombre en la escena local.
2017: el salto a 36 Grados Music
Gracias a todo su recorrido, en 2017 entró al equipo de 36 Grados Music, una de productora de música y video, responsable del crecimiento de artistas como Karol G, Ovy on the Drums y Golpe a Golpe.
Allí conoció y trabajó con varios de los mejores DJ de Medellín, muchos de los cuales hoy están tocando en escenarios importantes de la ciudad, el país y el mundo.
Perreo Peligroso, Prizma y un post de Balvin que lo cambió todo
Rudeboy fue también residente en Prizma, una discoteca clave para el movimiento urbano. Allí, junto a dos amigos, creó el concepto de Perreo Peligroso, una fiesta que se volvió viral cuando, casualmente, J Balvin publicó una foto de los posters del evento. Esa publicación le dio un nuevo nivel de visibilidad a la fiesta… y al DJ que la animaba.
Pandemia y reinvención: CoBeat19 Crew
Con la llegada del COVID-19 y el cierre de su lugar de trabajo, el Teatro Victoria en Provenza, nuevamente tuvo que empezar desde cero.
Junto a colegas del medio creó el CoBeat19 Crew, un colectivo que hacía transmisiones en vivo de fiestas, cobrando entradas digitales. Aunque no daba para vivir, le permitió mantenerse conectado con la música.
Durante ese tiempo también trabajó como Uber, en call centers e incluso como obrero en construcción en Estados Unidos, hasta que una lesión en el hombro lo obligó a parar.
2021: regreso a casa y consolidación
En 2021 volvió a Medellín, y no fue coincidencia que regresara al Teatro Victoria. Desde ahí, su camino lo llevó directo a ser DJ residente de Perro Negro, una discoteca de culto en el mundo del reguetón, con sedes en Medellín, Madrid y Miami.
También es residente de Hi I’m Sci, una discoteca de Medellín que recientemente abrió en Bogotá, llevando el sonido paisa a más rincones del país.
Hoy: un referente de la escena urbana
Ha hecho antesalas para Feid y ha compartido espacios con grandes artistas. Hoy, DJ Rudeboy no solo es parte de la historia del reguetón colombiano, sino uno de los que la están escribiendo con cada mezcla, cada pista y cada beat.
Su historia no es solo de talento, sino de persistencia, humildad y amor por una ciudad que siempre fue su motor: Medellín.
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De cargar cables en una miniteca, a ser la banda sonora de las noches en tres continentes.
Carlos Builes —Deejay Rudeboy— es el ejemplo de que, con visión, barrio y constancia, todo es posible.
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