Bogotá, 4 mar (EFE).- Los paros de cafeteros y transportistas, que cumplen hoy ocho y tres jornadas, respectivamente, en las vías de Colombia han provocado el desabastecimiento en ciudades del sur y suroeste del país, donde los precios de lo que resta de alimentos, combustibles y medicinas han multiplicado su valor.
Ambos gremios recurrieron a la huelga para reclamar subvenciones del Gobierno, con el que ni los productores de café ni los transportistas logra acuerdos.
Como consecuencia de este caos, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, creó una comisión de crisis con cuatro de sus ministros para que éstos viajen a partir de hoy a las zonas más afectadas por las protestas y conocer así de primera mano la situación, que el titular del Interior, Fernando Carrillo, tildó de "emergencia humanitaria".
Las protestas se localizan en regiones del este, noreste, centro, sur y suroeste de Colombia, pero son las dos últimas zonas las más afectadas por el desabastecimiento y el encarecimiento.
Por ejemplo en Cali, capital del departamento del Valle del Cauca en el suroeste del país, a la central de abastecimiento sólo llegaron 1.600 de las 2.500 toneladas de alimentos que suele recibir, dijo el director de esa central, Oliver Medina, al diario El País de esa ciudad.
Además, productos como la papa y la arveja sufrieron alzas de hasta el 300 %, mientras que el precio de la mora y el lulo (fruta tropical) se duplicó.
La Fuerza Aérea trasladó a las ciudades de Florencia (Caquetá) en el sur, y a Cali, Popayán (Cauca) y Pasto (Nariño), en el suroeste, "medicamentos, oxígeno para los hospitales, víveres y combustible", confirmó a Efe el comandante del Comando Aéreo de Transporte Militar, el general José Francisco Forero.
La Fuerza Aérea Colombiana (FAC) ha participado asimismo en la evacuación de unas 190 personas, entre nacionales y extranjeros, que estaban atrapadas en el departamento de Nariño, cuya capital es Pasto y fronterizo con Ecuador.
La colaboración de esta institución desde los puntos de bloqueo permitió que las autoridades peruanas y ecuatorianas pudieran recoger en Cali a sus ciudadanos con aviones propios.
Fue el caso de casi un millar de peruanos que días antes habían participado en un congreso de Herbalife en Bogotá, así como de 41 ecuatorianos y 25 personas de otras nacionalidades que hoy fueron evacuadas de Cali en un Boeing 727 del Ministerio ecuatoriano de Defensa, y trasladadas después hasta el aeropuerto de Lacatunga.
Los consulados de Ecuador en Cali e Ipiales intentan coordinar con la Cruz Roja un acuerdo con los manifestantes que permita el tránsito hacia su territorio de un autobús con otros 40 compatriotas que permanecen atrapados en Mojarras, a hora y media de Pasto.
Precisamente en Pasto fueron suspendidas las clases ante la falta de gasolina y las dificultades de los padres para llevar a los niños a los colegios.
Y es que el desabastecimiento de combustible en esa zona ha llevado al Gobierno colombiano a buscar un acuerdo para comprar gasolina ecuatoriana, según confirmó la canciller, María Ángela Holguín.
"Hubo una coyuntura más de desabastecimiento de gasolina. Le hemos pedido a Ecuador para comprarle para la zona de Nariño", que comparte frontera con el país vecino, dijo la canciller tras un encuentro con periodistas en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en Bogotá.
Holguín no especificó la cantidad de combustible de la transacción, y tampoco se refirió al valor ni a la fecha de entrega.
Los productores de café, en paro desde el lunes pasado, exigen una respuesta del Gobierno ante la crisis del sector, afectado por una revaluación del peso frente al dólar, las plagas en los cultivos y el empobrecimiento de los cultivadores.
Y los transportistas, que entraron hoy en su tercera jornada de protestas, también piden subsidios tras una nueva subida del carburante la semana pasada.