Ginebra, 14 sep (EFE).- El curso escolar comenzará el Siria el próximo domingo, a pesar del conflicto que vive el país, algo que la Unicef celebra dado que los menores "necesitan volver a una cierta normalidad" lo antes posible.
"Es de extrema importancia que los niños vuelvan a la escuela, siempre y cuando la seguridad lo permita, porque es el mejor camino de ofrecerles una cierta normalidad, porque en los colegios podrán jugar, podrán hablar con sus profesores y porque también es una manera de darles un poco de esperanza", explicó en rueda de prensa Marixie Mercado, portavoz de Unicef.
Unicef no pudo confirmar por el momento cuál es la cifra exacta o aproximada de niños y niñas que volverán a clase el próximo domingo, ni cuántos no lo podrán hacer porque sus escuelas están destruidas, dañadas o acogen a familias desplazadas.
Tampoco puede prever cuántos profesores podrán concurrir a las aulas.
Para organizar su asistencia, Unicef trabaja con los datos de que antes del conflicto vivían en Siria 8,9 millones de personas menores de 18 años y 2,5 millones menores de cinco años; y que unos dos millones asistían a escuelas primarias en 2010.
Según las cifras ofrecidas por el ministerio de Educación sirio, de las 22.000 escuelas existentes en el país antes del conflicto, 2.072 están dañadas o destruidas.
Por ahora, Unicef ha rehabilitado 67 escuelas y tiene previsto reformar otras 100 "y hay que tener en cuenta que eso sólo es las zonas donde tenemos acceso", apuntilló Mercado.
Asimismo 801 colegios acogen a familias desplazadas, 200 escuelas más que hace dos semanas.
La portavoz explicó que el gobierno sirio está trasladando a las familias que sobreviven en las escuelas a otros edificios públicos alternativos, pero no especificó ni cuántos colegios han sido ya evacuados ni cuántas familias realojadas.
"Unicef está proporcionando ayuda humanitaria a las familias realojadas, dando asistencia sanitaria, vacunación a los niños que no la hayan obtenido, comida, ropa y estableciendo espacios de recreación para los niños".
Mercado explicó que los menores desplazados serán realojados en otras escuelas y que Unicef ayudará a los centros que vean su capacidad desbordada.
Con respecto a los países vecinos que acogen refugiados sirios, Mercado explicó que el gobierno jordano se ha comprometido a aceptar en sus escuelas públicas a los niños que viven en familias de acogida o en residencias alternativas.
Con respecto al campo de refugiados de Zatari, por ahora no hay una escuela, pero Unicef está construyendo una. Mientras tanto, las aulas se impartirán en espacios habilitados para ello.
Las autoridades libanesas también han confirmado que aceptarán a los niños refugiados en su país, unos 32.000, y que por ahora están viendo en que escuelas los distribuyen. Las clases no comenzarán hasta el día 24 de septiembre.
Sobre Irak, el plan original era acoger en escuelas públicas a 600 estudiantes que residen en el campo de Domiz, una cifra que ya ha alcanzado 1.250 niños. En el campo de Al Qaim, Unicef ha establecido 10 escuelas temporales.
